Quien no arriesga no gana

El pasado 2 de febrero de 2013 tuvo lugar en Magdalena un debate titulado “Quien no arriesga no gana”. Sacamos ahora un listado con las intervenciones que se hicieron, por si aporta algo. Son apuntes cogidos sobre la marcha, no son citas textuales. Tampoco tienen ninguna estructura más allá del orden de intervención. Recordamos primero el texto de presentación del debate y añadimos después las intervenciones. Salud y libertad.

 

Este debate surge de la necesidad de poner en común el papel que como anticapitalistas y antiautoritarixs tomamos con respecto a las luchas que se dan en un marco de descontento social como el actual. Basándonos en el texto “Quien ni arriesga, no gana”, de la publicación Terra Cremada ( https://terracremada.pimienta.org/qui%20no%20arrisca_cas.html) nuestra intención es reflexionar sobre cómo entendemos las luchas que están teniendo lugar en nuestra ciudad y nuestra posible participación en ellas. No nos referimos tan sólo al 15M y las asambleas de barrio  sino a otras como la relativa a la defensa de la sanidad pública, la educación, la lucha minera…

Lanzamos las siguientes preguntas como modo de estructurar el debate:

*- ¿Cómo compaginar el reformismo de ciertas luchas y reivindicaciones con la voluntad de acabar con el sistema? ¿Cómo unas pretensiones tan altas, revolucionar la sociedad, pueden involucrarse en procesos que demanden mejoras o reivindicaciones parciales?*

Teniendo en cuenta que siempre existe el riesgo de que este tipo de luchas refuercen el papel del Estado, nos cuestionamos si es imprescindible o no la sociabilidad para subvertir la realidad presente.
Atendiendo a luchas tan inmediatas o con objetivos ya marcados nos surgen dudas sobre si podemos introducir objetivos con una perspectiva más radical, que no sean simples reformas. Como ejemplo, podríamos señalar la ocupación de espacios que podría plantearse como un objetivo a corto plazo, dotarnos de un espacio para reunirnos, o podría entenderse como un medio para un objetivo a largo plazo: legitimar la ocupación en detrimento de la propiedad privada.

*-¿Cómo afrontar una lucha en la que participa desde gente de diferentes culturas políticas a gente sin unas ideas que podamos encasillar a primera vista? *

En este tipo de luchas es probable que nos encontremos con personas que pertenecen a partidos o sindicatos y pretendan acapararlas y ahí surge el cómo gestionarlo y si sería necesario desenmascararlas aun teniendo un posicionamiento hasta el momento inocuo. También nos planteamos si es este el medio para compartir nuestras experiencias y luchas en el día a día con personas que no tengan el mismo bagaje político.

*-¿Qué límites y potencialidades existen en estas luchas?*

Con esta pregunta nos referimos tanto a los límites de los propios medios, la asamblea, como a la manera que tenemos de participar en este tipo de luchas. Nos preguntamos acerca de la posibilidad real de alcanzar acuerdos en una asamblea con miles de personas. Si podrían desencadenarse liderazgos, tendencias hacia la homogeneización, centralismo…
Por otro lado también aludir a sí somos capaces de transmitir nuestro discurso y señalar los posibles errores que pueden cometerse a la hora de participar, como rebajar el discurso, caer en la inercia de lo inmediato, reproducir actitudes estéticas y gestuales de arrogancia y superioridad…

Además nos gustaría debatir acerca de las potencialidades, como demostrar que existen otras relaciones posibles en lo social, el fortalecimiento de lxs de abajo, y promover el debate.

 

Las intervenciones:

 

-Se habla de las dificultades para comunicarse e interactuar con gente con la que no compartes una base ideológica. Se habla también de la contraposición entre la coherencia en el discurso y la cantidad de contradicciones con las que te encuentras en la práctica.

 

-Se habla de que hay mucha gente que comparte los principios del anarquismo sin saber que se les ha puesto ese nombre o esa etiqueta. Se plantea la pregunta: “Y toda esa gente, ¿son anarquistas y no se dan cuenta?” y acto seguido se le da la vuelta para plantear la reflexión: “Y nosotrxs, ¿no nos damos cuenta de que somos toda esa gente?”.

 

-Se cuestiona si existe el movimiento anarquista como tal, con presencia social y unos objetivos definidos.

 

-Se plantea que es normal que estemos muy perdidxs porque venimos de muchos años de aislamiento y de una militancia basada en lo ideológico pero que se encontraba con la indiferencia social.

 

-Se afirmas que han calado entre parte de la población valores y prácticas típicamente libertarias (se pone el ejemplo de la okupación). Se propone “no centrarse tanto en los objetivos, sino disfrutar más del proceso y dejarse sorprender”.

 

-Se cuestionan las ideologías como molde en el que querer encajar la realidad y se habla del anarquismo como un paraíso prometido en la tierra.

 

-Se plantea la falta de un proyecto integral que permita juntar vida y militancia. Se habla de que el 15M ha cogido cosas que se han mantenido porque la gente las ha mantenido. Se reflexiona sobre que cuando hemos estado cercanos a conflictos concretos nos hemos emocionado.

 

-Se dice que la falta de objetivos que tenemos nos hace no identificarnos con nada. Se plantea la necesidad de plantear cosas que funcionen y den resultados visibles.

 

-Se habla de que mucha de la gente que se está movilizando lo hace por volver a cómo estábamos hace un par de años, y así es muy difícil concetar con ellxs. Los medios que utilizan nos gustan pero las ideas de fondo no tienen nada que ver.

 

-Se plantea el miedo de que, con las nuevas movilizaciones sociales, pasemos del rechazo a todo a la falta de crítica y de posicionamiento. Cambiar de escenario tan bruscamente puede hacer que tardemos en encontrar  nuestro equilibrio.

 

-Se habla de la evolución de mucha gente que hace 2 años sólo quería comodidades y, al ir conociendo otros puntos de vista, sí que se han interesado por otras cosas.

 

-Se habla de la necesidad de ir haciendo valoración sobre lo que vamos haciendo y revisar los caminos. Al no haber esa autocrítica caemos en ciclos que se repiten cada 5/10 años.

 

-Se afirma que si planteas un conflicto y te vas a la mitad, se pierde más que si no lo hubieras empezado.

 

-Se afirma que el objetivo es la lucha en sí, porque eso es lo único que cambia la conciencia. Ahora la gente sale a la calle y eso da más posibilidades. Socializar nuestras herramientas ya es un objetivo en sí.

 

-Se dice que los círculos militantes, aunque autorreferenciales y marginales, han permitido perdurar ideas y prácticas. Se afirma también que el 15M ha rechazado la memoria política.

 

-Sobre cómo gestionar las contradicciones en la lucha, se apela al compañerismo y a poder charlar sobre las dudas con confianza.

 

-Se afirma que no siempre hay que estar en todo, que ya estamos incluidxs en las movilizaciones sociales, lo que hay que ver es el cómo participar.

 

-Se propone “no vender productos terminados”, sino ser parte de los procesos.

 

-La lucha es aceptada si se demuestra que sirve. Hacen falta objetivos conseguibles.

 

-Nos faltan canales de comunicación interna para favorecer el debate de igual a igual y evitar el mierdeo sobre lxs que no opinan lo mismo que unx.

 

-Hay temas como la okupación o los desahucios que dan un mensaje y a la vez un ejemplo y resultados a corto plazo. Sería interesante buscar acciones de ese tipo.

 

-Se plantea que prácticas como el asamblearismo pueden ser utilizadas también para controlar. Se pone el ejemplo de cómo en el 15M se ha recurrido a veces a la asamblea para apaciguar los ánimos.

 

-Se plantea la necesidad de crear espacios de apoyo muto para poder ir a más.

 

-Se habla de unirse no sólo por las formas organizativas, sino también por la condición de clase.

 

-Se plantea no sólo “participar”, sino “generar” espacios de lucha nuevos.

 

-Se habla de varias cosas: el enfocar la participación en conflictos desde las necesidades materiales; la frustración que puede generar meterse en estructuras pensando que van a dar un salto hacia donde nosotrxs queramos; la necesidad de crear proyectos creativos, no sólo defensivos.

 

-Se reflexiona sobre la creación de proyectos alternativos como reflujo del 15M (es decir, agotada la vía de la reivindicación, creemos nuestros propios espacios y formas de cubriri nuestras necesidades). Esta línea de acción corre el peligro de darse un batacazo de aquí a 5 años. Se señala que no se puede vivir fuera de esta sociedad en esta sociedad. También se dice que no sea tampoco el objetivo conseguir victorias que no lleven a nada.

 

-Se habla de la falta de proyección en el tiempo de la mayoría de iniciativas y de la dificultad de sacar algo adelante si no es con planteamientos a medio-largo plazo. Se pone el ejemplo del BAH (Bajo el asfalto está la huerta: proyecto de producción y consumo de verduras horizontal y asambleario), que cuando empezó era algo que sonaba a chino y ahora hay un montón de grupos de autoconsumo.

 

-Se habla de la necesidad de diferenciar entre alternativas y objetivos conseguibles.

 

-Se plantea que el nivel de participación de lxs anarquistas, auntónomxs y anticapitalistas, en general, en conflictos está bastante ligado al nivel de agresividad del mismo. Se pone como ejemplo la huelga de limpieza de metro de hace unos veranos en Madrid o el apoyo a los mineros, casos en los que no se cuestiona tanto las reivindicaciones, sino que el arrojo de lxs trabajadorxs es suficiente para ganarse el apoyo.

 

-Se incide en la importancia de la cuestión de clase y de que es a partir de ahí de donde deben surgir las reflexiones. Se afirma que “si no hay cercanía no hay contagio”.

 

-Se advierte sobre los peligros de confundir agresividad con radicalidad.

 

-Se lanza la pregunta de que qué ha pasado en Grecia para llegar al nivel de lucha actual. Una persona cuenta algunas experiencias griegas, parece que allí tienen algunos problemas para dejar clara la diferencia entre un proyecto autogestionario y de apoyo mutuo y una ong asistencialista tradicional.

 

-Se habla de la necesidad de contacto con el resto de la población. También se dice que si lxs libertarixs abandonan terrenos de lucha, lxs izquierdistas entran a saco a intentar sacar beneficio político.

 

-Se afirma que lxs griegxs desmitificaron la influencia de lxs libertarixs y recalcaron la importancia de la necesidad, es decir, que la gente opta por la autogestión cuando la necesita.

 

-Se habla de la importancia de darle un contenido político a todo lo que se hace porque si no sólo rellenamos los huecos del sistema.

 

-Se lanza una reflexión sobre los proyectos autogestionarios que necesitan dinero para funcionar y cuestan dinero (por ejemplo, las escuelas libres). Se afirma que son excluyentes y que puede ser otra forma de privatización.

 

-Se propone fomentar las formas de colaborar sin dinero, como los bancos de tiempo.

 

-Se defiende que hay cosas a las que no tenemos nada que proponer.

 

-Se plantea el tema de la desobediencia fiscal.

 

-Se tilda de falacia pensar que la pequeña autogestión, practicada a gran escala, traerá el cambio. El Capital se readapta a las nuevas realidades, eso hace necesario un discurso revolucionario y de ataque. Se ilustra con el ejemplo de que tú te puedes ir a vivir al campo y mantenerte al maregn del sistema… hasta que alguien en un despacho decida que la próxima autovía pasará por el territorio en el que vives.

 

-Se habla sobre compaginar tener aspiraciones libertarias con participar en luchas más ligadas a las necesidades diarias.

 

-Se propone abiertamente el saqueo puro y duro.

 

-Se reincide sobre la inexistencia de un movimiento anarquista como tal y sobre la necesidad del mismo.

 

-Se afirma que nuestro papel debe ser el de “catalizador químico”, que posibilite ciertas reacciones.

 

-Se habla de la falta de estructuras a todos los niveles, tanto de lucha como de autogestión. También se habla de que hay muchas experiencias que no estamos conociendo pero ahí están (se pone el ejemplo de Batán –  comunidad terapéutica para personas con drogodependencias ocupada y gestionada por lxs propixs trabajadorxs). Por último se reflexiona sobre la legitimidad de cada práctica, señalando que cuando la masa legitima una acción la respalda independientemente de la ley o lo que digan los medios.

 

-Se plantea que cada cosa tiene su momento y no se puede repetir acciones indefinidamente. Por ejemplo, la acampada en Sol ya no podría ser como fue.

 

-Se plantea la cuestión de la inembargabilidad (no tener nada embargable, como forma de inmunizarse ante las multas).

 

-Se lanza una pregunta al aire: cómo compaginar el crear estructuras propias, con la cantidad de tiempo y esfuerzo que exigen, con la participación en conflictos y luchas puntuales.

 

-Se habla de la poca comunicación y transvase de ideas entre el campo y la ciudad y entre ciudades y pueblos.

 

-Se habla de la posibilidad de crear proyectos más heterogéneos con práctica anarquista, no autorreferenciales.

 

-Se señala la necesidad de ser más, para lo que sea; y que contextos como el actual permiten “contaminar”.

 

-Se plantea que quizá no falta gente, sino que sobra hacer tantas cosas. Se afirma que el movimiento es juvenil porque es imposible seguir el ritmo del activismo. Por último se señala que las cosas no sólo dependen de lo que nosotrxs hagamos, sino también del contexto social o de las casualidades.

 

-La última intervención recuerda el refrán: “Quien mucho abarca, poco aprieta” y llama a elegir bien y focalizar nuestras energías.